miércoles, 14 de mayo de 2008

Tiburón peregrino en Sagunto

La tripulación del Solaire II se llevó el viernes un buen susto cuando vio un gigantesco tiburón dirigirse hacia su pequeña embarcación. Sin embargo, tras comprobar que se trataba de una especie inofensiva, el temor fue dando paso al disfrute de un espectáculo marino que nunca olvidarán.

José M. Rambla, Sagunt
Javier Gurrea, patrón del Solaire II, todavía no da crédito a lo que vieron sus ojos la mañana del pasado viernes cuando navegaba a unas dos millas de la playa de Canet d'En Berenguer. "Eran sobre las diez y cuarto cuando vi algo junto a una barca que pensé que era un submarinista", comenta. Sin embargo, pronto pudieron comprobar que aquel extraño bulto sumergido era en realizad un enorme tiburón que "de pronto se dirigió hacia nuestro velero y se colocó en la proa".
El animal tendría, según sus cálculos, más de 3 metros de longitud y un peso estimado de al menos dos toneladas. "Su boca era enorme porque por allí cabían perfectamente dos personas", comenta. Por ello, la primera iniciativa que tomaron fue notificar por radio el avistamiento a las autoridades marítimas quienes les informaron que por las descripción se trataba de una especia inofensiva que se alimenta de plancton.
Javier achaca la presencia de este animal tan cerca de la costa a los efectos del cambio climático. "Creo que es consecuencia del aumento de temperaturas que hace que lleguen hasta esta zona peces que en realidad son de otras latitudes", comenta. Sin embargo, para los expertos consideran que se trata de un animal conocido en este litoral, aunque su visión no suele ser habitual: el tiburón peregrino.
José Tena, decano de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad Católica de Valencia y responsable de la licenciatura de Ciencia del Mar, considera que la presencia de este animal tan cerca de la costa responde a su hábitos migratorios. "El tiburón peregrino viaja al final de la primavera hacia el Atlántico y suele utilizar corrientes que discurren entre las Baleares y la Comunitat Valenciana y se acercan a la costa en busca de las bolsas de plancton", comenta. "Luego, -señala Tena-, después del otoño, regresan al Mediterráneo pero por rutas alejadas de la costa".
Por ello, el experto destaca que "avistamientos de este tipo son relativamente frecuentes en esta época del año". De hecho, el decano destaca que "en ocasiones suelen caer en las redes de los pescadores, como ocurrió hace poco en Santa Pola".
Igualmente, el especialista reconoce la espectacularidad del animal. En este sentido, Tena no olvida el impacto que le provocó su primera experiencia con este animal. "Buceaba con un amigo, los dos biólogos marinos, y aunque sabíamos que el tiburón peregrino es inofensivo, lo primero que hicimos fue subirnos a la lancha para confirmar desde allí si era realmente de esa especie", recuerda. No es para menos ya que "estamos hablando del pez más grande del Mediterráneo que puede llegar a alcanzar hasta los doce metros".
Especies peligrosas
En cualquier caso, el biólogo destaca la gran variedad de escualos que habitan en el Mediterráneo. "Hay más de 45 especies, incluida la del tiburón blanco que tiene una colonia entre Túnez y Sicilia, sin embargo es muy extraño que se acerquen a la costa". No en vano, José Tena destaca que en el litoral español "sólo hay constancia de dos ataques a personas en 500 años y sin tener confirmado que fueran tiburones: Uno en la playa de la Malvarosa hace unos 20 años y otro en Algeciras en la década de los 70".
Mientras tanto Javier recuerda la silueta de aquel gran escualo junto a la proa de su velero. "La verdad es que llamaba la atención lo dócil que parecía, era como si tuviera curiosidad por todo lo que había alrededor", recuerda: "Fue espectacular e inolvidable". (Levante-emv)

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